Imagínate que tu edificio pudiera contarte, al detalle, cómo está usando la energía. Que te dijera si se está “pasando” en calefacción, si las luces se quedan encendidas por la noche o si hay un aparato que está consumiendo más de la cuenta. Eso, precisamente, es lo que permite la monitorización energética. Y no solo es útil: en muchos casos, se convierte en la clave para ahorrar y ser más sostenible.
Vale, pero… ¿Qué significa exactamente monitorizar el consumo de energía?
Básicamente, hablamos de instalar un sistema que te permite saber cuánta energía estás usando, dónde la estás usando y en qué momento. Es decir, te da una visión clara, en tiempo real, del comportamiento energético del edificio. Ya no se trata de esperar a fin de mes para ver la factura: ahora puedes anticiparte y tomar decisiones antes de que se dispare el gasto.
¿Cómo funciona todo esto?
La idea es sencilla, aunque la tecnología que hay detrás sea potente. Un sistema de monitorización energética recoge datos, los analiza y los presenta de forma que cualquier persona pueda entenderlos. Así es como lo hace:
Sensores que captan lo que pasa
Se colocan sensores en diferentes puntos del edificio: en cuadros eléctricos, sistemas de climatización, zonas comunes... Estos dispositivos registran constantemente el consumo de energía.
Visualización en tiempo real
Toda esa información va a una plataforma que te muestra los datos en gráficos, tablas o alertas. Puedes ver si una sala está consumiendo más de lo normal o si hay picos extraños durante la madrugada.
Informes que ayudan a decidir
No solo ves lo que ocurre. El sistema genera informes que te dicen, por ejemplo, si merece la pena cambiar ciertos equipos, ajustar horarios o planificar mantenimientos.
¿Qué tipos de monitorización energética existen?
Cada edificio es distinto, así que no hay una única solución. Lo importante es saber qué se necesita:
Parcial o integral
- Si solo te interesa saber qué pasa en una zona concreta (como la climatización), puedes optar por una monitorización energética parcial.
- Si quieres tener el control total, desde la iluminación hasta el agua caliente, lo ideal es una monitorización energética integral.
Monitorización eléctrica
Es la más común. Te permite ver, por ejemplo, qué aparatos están gastando más, cuándo se producen los picos de consumo o si hay fugas que no habías detectado.
Sistemas BEMS: todo bajo control
Los Building Energy Management Systems (BEMS) van un paso más allá. Integran todos los sistemas del edificio en una sola plataforma de gestión. Muy útiles en edificios grandes o con muchos usuarios: hoteles, hospitales, oficinas, etc.
¿Y qué se gana con todo esto?
Menos gasto, más ahorro
Conocer cómo se consume la energía permite tomar decisiones inteligentes. Ajustar horarios, apagar lo que no se usa, identificar errores… Todo eso se traduce en euros ahorrados, mes a mes.
Prevención de problemas
Un aumento inesperado en el consumo puede avisarte de que algo no va bien: un equipo que falla, una fuga invisible, un encendido fuera de horario. Con la monitorización energética, puedes actuar antes de que sea tarde.
Más sostenibilidad
Reducir el consumo también significa reducir emisiones. Es una forma directa de contribuir a la lucha contra el cambio climático. Además, si estás buscando certificaciones energéticas o ayudas públicas, tener monitorización energética juega a tu favor.
¿A quién le interesa especialmente?
Aunque cualquier edificio puede beneficiarse, hay algunos donde la monitorización energética es casi imprescindible:
- Edificios públicos, como escuelas, ayuntamientos o centros de salud.
- Hoteles y residencias, donde el confort debe mantenerse sin disparar el consumo.
- Oficinas y espacios compartidos, donde muchos usuarios hacen un uso intensivo de recursos.
- Comunidades de vecinos, especialmente si tienen zonas comunes, parking o climatización centralizada.
¿Cuándo es un buen momento para implantarlo?
En reformas energéticas
Si ya estás pensando en renovar o mejorar el edificio, es el momento perfecto para incluir la monitorización energética. Así verás el antes y el después, y podrás medir el impacto real de las mejoras.
En edificios de obra nueva
Incluirla desde el principio permite que el edificio nazca eficiente. Además, te adelantas a normativas que ya apuntan en esa dirección.
Cuando buscas ahorrar o certificar
Si tienes en mente reducir el gasto energético o conseguir un Certificado de Ahorro Energético (CAE), la monitorización energética es imprescindible. Sin datos, no hay mejora posible.
¿Cómo puede ayudarte EFFIC?
En EFFIC se encargan de todo el proceso: analizan tu edificio, diseñan una solución a medida, la implantan y te ayudan a interpretarla. Además, te asesoran para que accedas a las ayudas disponibles y puedas integrar la monitorización dentro de un plan más amplio de eficiencia energética.
👉 Si quieres saber más o pedir presupuesto, puedes hacerlo aquí mismo.
Preguntas que suelen surgir
¿Es caro?
Depende del tamaño del edificio y del tipo de instalación, pero suele amortizarse en 1 o 2 años. Y si aprovechas las ayudas, aún antes.
¿Cuánto se puede ahorrar?
Entre un 10 % y un 30 % del consumo anual. A veces, incluso más, dependiendo del estado inicial del edificio.
¿Necesita mantenimiento?
Muy poco. Son sistemas bastante autónomos. Solo hay que revisar sensores y actualizar el software de vez en cuando.
Y si te interesa seguir aprendiendo, puedes leer más artículos en el blog de eficiencia y sostenibilidad de EFFIC o ver cómo empezar una reforma energética bien planteada.